Con el transcurso de los días, las noches se volvieron luz y
la luz se volvió mi obscuridad.
Mire el reloj y vi que de nuevo eran ya las seis de la
mañana, mis manos ya no temblaban debido a el efecto de la cafeína y pude
sentir tus brazos cálidos rodeándome. ¡Cuánto tiempo me hubiera gustado seguir
disfrutando eso! Dale tiempo al tiempo cariño, el tiempo no espera a nadie.
Mi casa se había convertido en una estancia pulcra sin
bardas sentimentales, dado que aquí en el campo número siete nos encierran con
menos preocupaciones que a los demás, tenemos oportunidad y privilegio a
ciertas cosas distintas. Yo por ejemplo puedo bañarme con agua tibia por cinco
minutos más que algunos que acaban de llegar.
Esas puertas enormes solo se abren para traer gente, gritos
y sollozos. Hace bastante ya que perdí la cuenta de cuantos somos aquí pero al
menos por lo que se escucha gritar en el conteo, buena parte de la ciudad ya
esta encerrada.
Para esclarecer algunos puntos específicos: En el año actual
entro en vigor una ley en la que cumplidos los dieciocho años, todo joven
ciudadano (mujer u hombre) debe de ser recluido en un campo, asignado a una
tarea en especifico y cultivado para su posterior uso. No todos salen alguna
vez.
Nosotros le llamamos el asilo siete. Mas que un campo parece un asilo enorme solo que aquí los viejos que no saldrán jamás se notan menos en la realidad que en su cuerpo.
Nosotros le llamamos el asilo siete. Mas que un campo parece un asilo enorme solo que aquí los viejos que no saldrán jamás se notan menos en la realidad que en su cuerpo.
Desde el parque del área tres puedo observar el lugar en
donde se reúnen los ancianos, no nos dejan pasar porque el lugar tiene un tipo
de inundación extraña que hace imposible llegar caminando, aunque siempre nos
preguntamos como es que están ellos ahí, las respuestas llegaran a su tiempo y serán
cambiadas por nuevas preguntas porque así juega la vida, nada es claro aunque
tenga un porque.
No creí algún día tener el valor de acercarme a mi familia
para congeniar ya que todos eran distintos a pesar de su cariño y realmente
pocas veces habíamos cruzado palabras profundas sobre cuales eran nuestros
planes y cuales nuestras expectativas.
Note raro en el espejo de la estancia que la parte superior de mis piezas dentales eran diferentes ya, de colmillo a colmillo todos eran dientes de plata y me causaba dolor incluso el solo tener la boca cerrada. La casa se sentía más vacía ahora que ya no estas, pero aun así habíamos reunido a todos aquí a tu salud y congruencia. La luna brillaba intensamente, como si quisiera avisarnos que algo importante se aproximaba, como si las decisiones estuvieran ya en la mesa listas para ser tomadas de la base a la punta y sorbidas a tragos leves porque el whiskey solo siempre quema las penas pero aturde los sentimientos.
Note raro en el espejo de la estancia que la parte superior de mis piezas dentales eran diferentes ya, de colmillo a colmillo todos eran dientes de plata y me causaba dolor incluso el solo tener la boca cerrada. La casa se sentía más vacía ahora que ya no estas, pero aun así habíamos reunido a todos aquí a tu salud y congruencia. La luna brillaba intensamente, como si quisiera avisarnos que algo importante se aproximaba, como si las decisiones estuvieran ya en la mesa listas para ser tomadas de la base a la punta y sorbidas a tragos leves porque el whiskey solo siempre quema las penas pero aturde los sentimientos.
A sabiendas de que no siempre despertaba de humor, en
especifico hoy me sentí diferente, camine directo hacia el lugar de los
ancianos y mientras algunos ojos me observaban atentos, la mayoría deseaban que
me hundiera en el agua para no salir jamás. Pose mis dos pies descalzos en los únicos
lirios que estaban cerca y comencé a flotar poco a poco hasta llegar a la mitad
del recorrido. Una voz grave y fuerte me dijo al oído –“Todavía no”- y al
pensar que podría llegar la orden de alguien voltee a mirar a los demás solo
para notar que ya nadie observaba lo que hacia, la voz venia de mi cabeza.
Una mariposa blanca como la nieve y pequeña como una flor
destellaba polvos estelares mientras pasaba frente de mi, el polvo mágico convertido
en fertilizante de amores se extinguía rápidamente así como la mariposa se
hacia pequeña, se convirtió en polvo. Ese polvo comenzó a brillar aun más
fuerte formando una bola y causando un zumbido en mis oídos. La esfera de luz
se acerco a mi y penetro por mi pecho lentamente hasta que deje de sentir energía
y que mis pies eran pesados. Volé hacia el eterno sufrir de los amantes en que
cada noche despiden con aplomo a sus corazones porque el rio reclama lo suyo,
la avenida de los sufrientes que ya no reluce con los llantos de los
desesperados que por amor son capaces de todo. Volé hacia tus labios eternos
que convierten todo beso en desperfecto, todo sufrimiento en cariño y todo
problema en cuento. Todo beso tuyo es bien recibido y llegó para quedarse en
mis memorias, en mi sentir y mi pesar de que a pesar la situación, el cerebro
funde su razón en el corazón. ¡Necio!.
Abrí los ojos para verme gemelo, hermano de carne y sangre
de un muchacho que según entendí decía ser nuestro cumpleaños numero dieciocho,
temible respuesta. Mientras la casa de cuatro pisos y cuarenta puertas, pisos
de madera así como sus barandales, amueblado perfecto y ventilación exacta
estrechaban el turbio venir de una tarde atareada, me sentí mas joven y vivo. Nuestro
padre había muerto y por esa misma razón madre no estaba seguido en casa,
trabajaba para pagar todo lo que teníamos y sentirnos a gusto. Sentí la
necesidad de decir que yo solo quería su cariño, no regalos caros porque el
cariño es irremplazable.
Sin nada que
desayunar partimos a la cafetería de la esquina, ya la señora nos conocía bien
como para saber que yo no comía grasa y tu no gustabas del azúcar en tu licuado
-“Muchachos delicados”- decía sonriente sin afán de burla, nos identificaba
burdamente porque el tenia un ojo gris y el otro café mientras que yo tenia uno
café y el otro gris. Tristemente no terminamos el desayuno porque apenas probamos
bocado un coche entro a deshacer la pared posterior con toda su fuerza,
pensamos era un accidente pero las personas que descendieron del móvil nos
miraban fijamente y con repudio. Corrimos a casa como nunca un atleta podría haberlo
logrado.
Ya dentro, cerramos todo asegurándonos que las cerraduras no
pudieran ser violadas y las ventanas resistieran tanto como se pudiera. Con un megáfono
nos informaron que un especialista iba a entrar, no quería dañarnos y solo quería
platicar. No me pareció amigable que dispararan a la chapa y precisamente este
hombre nos buscara como desesperado. Cabello corto, guantes de piel, abrigo
largo y un cigarrillo en la boca mientras su mano izquierda sostenía un arma.
Nosotros en el segundo piso pensamos no nos había notado pero tontos fuimos y
desesperados como hienas buscando carne nos vimos alejados de la realidad
cuando velozmente subía las escaleras.
Cada puerta era un pasadizo a otro piso, otro cuarto, una
estancia nueva que no conocía porque yo también era intruso. Solo tome fotografías
mentales de todos los cuartos que vi y los pasillos que necesitaba saber a
donde llegaban para seguir huyendo, bien había pensado antes que solo cuando
una persona ve en sus manos su propia vida es que se sabe capaz de convertirse
en bestia y luchar por sobrevivir. Anteponerse a cualquier situación clara o mística
que sucediera después no estaba permitido.
El oficial perdió nuestro rastro en el tercer piso por lo
que bajando rápidamente a la estancia principal pensábamos en escapar por la
puerta principal. Veía las noticias lo suficiente como para saber que si existía
una situación de rehenes se esperaban todo menos que salieran por la
entrada, solo que aquí el único rehén era
mi ser dentro de mi, el espiral que se formaba ante el abismo de emociones y
calumnias personales sobre lo poco o levemente capaz que era de salir
victorioso me hicieron soltar un grito ahogado demostrando fortaleza, me estaba
devorando a mi mismo.
Extraño fue notar que antes de la entrada se encontraba un
arco, permitía el paso de nosotros y sobrante dejaba unos diez centímetros,
aproximadamente estaba alzado a cuarenta centímetros del suelo.- “¿Qué hacia un
arco ahí? Esas cosas están diseñadas para poner guías navideñas en épocas decembrinas
o dar un aspecto de mayor altura”- Pensé mientras a pecho tierra llegábamos al
otro lado. La puerta estaba atorada.
Regresamos al cuarto piso porque el oficial aun no salía del
arco y llegando a la tercera puerta me dijo el gemelo que entrara, madre había
creado ese cuarto para casos de extremo peligro y emergencia y sin dudarlo
entre a encontrarme con un cuarto de lavado, ropa amontonada y muchas montañas
de sabanas. –“Brinca”-.
Pasando al otro lado note que era una fachada de un cuarto
de lavado, me encontraba en un cuarto alterno en el tercer piso que contenía una
única escalera, específicamente 5 escalones hacia abajo, un descanso y
continuaba hacia la izquierda hasta llegar al primer piso.
Me llene de terror al escuchar la puerta tras de mi abrirse
de golpe y observar una silueta acercándose a mi posición. Sin nada en las
manos, tus recuerdos en mi mente y los ojos llenos de lágrimas solo pude
brincar hacia abajo, dejarme ir y confiar en que el dolor de la caída no seria más
que el dolor que ya habías causado. Que aquel amor negado alguna vez y dejado
en pausa tomara su lugar en algún momento. Detrás de mi venia aquella silueta
que mientras mas se acercaba podía sentir como consumía parte de mi energía y
mi ser. Toque el suelo sin mayor problema, no se rompió nada en mí y ahí fue
cuando entendí que el riesgo vale la pena, estamos diseñados para soportar
nuestros propios lamentos y lidiar con nuestra cabeza. Las telarañas o solo se
llenan de mas polvo o son removidas.
El oficial tenia aprensado a el gemelo y entre la mujer que
dejo de ser silueta y un segundo oficial me tenían a mi. De tez blanca, cabello
largo y rojo, labios grandes y un traje blanco que mostraba heridas de guerra, escupía
palabras que no lograba entender fácilmente, mi mente entro en shock al
escuchar –“Son los últimos, no habrá mas jóvenes en el mundo y ahora todo
tomara su curso natural”-.
¿Para esto abandone mi cuerpo? Mi misión supongo fue la de
ver que pasaría en el ultimo momento de la existencia de la humanidad. Saber
como es que llegaría la extinción a todos nosotros y tendría una pauta a seguir
el nuevo orden mundial.
El ruido del helicóptero solo hacia hervir mas mi sangre, me
quede sin aliento y desilusionado por saber que no seria capaz de hacer todo lo
que tenia en mente, las personas que ya no vería, no probar de nuevo tu cuerpo,
no sentir el calor de tu corazón.
Sonó el radio pidiendo informe sobre la situación y la mujer
contestó:
-“Estamos listos, de ahora en adelante todo será diferente, haremos
de este nuestro mundo”- (…)
-“Nadie sabrá lo que sucedió aquí”-.
-“Nadie sabrá lo que sucedió aquí”-.
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