lunes, 11 de junio de 2012

Papillon


Con el transcurso de los días, las noches se volvieron luz y la luz se volvió mi obscuridad.
Mire el reloj y vi que de nuevo eran ya las seis de la mañana, mis manos ya no temblaban debido a el efecto de la cafeína y pude sentir tus brazos cálidos rodeándome. ¡Cuánto tiempo me hubiera gustado seguir disfrutando eso! Dale tiempo al tiempo cariño, el tiempo no espera a nadie.
Mi casa se había convertido en una estancia pulcra sin bardas sentimentales, dado que aquí en el campo número siete nos encierran con menos preocupaciones que a los demás, tenemos oportunidad y privilegio a ciertas cosas distintas. Yo por ejemplo puedo bañarme con agua tibia por cinco minutos más que algunos que acaban de llegar.

Esas puertas enormes solo se abren para traer gente, gritos y sollozos. Hace bastante ya que perdí la cuenta de cuantos somos aquí pero al menos por lo que se escucha gritar en el conteo, buena parte de la ciudad ya esta encerrada.

Para esclarecer algunos puntos específicos: En el año actual entro en vigor una ley en la que cumplidos los dieciocho años, todo joven ciudadano (mujer u hombre) debe de ser recluido en un campo, asignado a una tarea en especifico y cultivado para su posterior uso. No todos salen alguna vez.
Nosotros le llamamos el asilo siete. Mas que un campo parece un asilo enorme solo que aquí los viejos que no saldrán jamás se notan menos en la realidad que en su cuerpo.
Desde el parque del área tres puedo observar el lugar en donde se reúnen los ancianos, no nos dejan pasar porque el lugar tiene un tipo de inundación extraña que hace imposible llegar caminando, aunque siempre nos preguntamos como es que están ellos ahí, las respuestas llegaran a su tiempo y serán cambiadas por nuevas preguntas porque así juega la vida, nada es claro aunque tenga un porque.

No creí algún día tener el valor de acercarme a mi familia para congeniar ya que todos eran distintos a pesar de su cariño y realmente pocas veces habíamos cruzado palabras profundas sobre cuales eran nuestros planes y cuales nuestras expectativas.
Note raro en el espejo de la estancia que la parte superior de mis piezas dentales eran diferentes ya, de colmillo a colmillo todos eran dientes de plata y me causaba dolor incluso el solo tener la boca cerrada. La casa se sentía más vacía ahora que ya no estas, pero aun así habíamos reunido a todos aquí a tu salud y congruencia.  La luna brillaba intensamente, como si quisiera avisarnos que algo importante se aproximaba, como si las decisiones estuvieran ya en la mesa listas para ser tomadas de la base a la punta y sorbidas a tragos leves porque el whiskey solo siempre quema las penas pero aturde los sentimientos.

A sabiendas de que no siempre despertaba de humor, en especifico hoy me sentí diferente, camine directo hacia el lugar de los ancianos y mientras algunos ojos me observaban atentos, la mayoría deseaban que me hundiera en el agua para no salir jamás. Pose mis dos pies descalzos en los únicos lirios que estaban cerca y comencé a flotar poco a poco hasta llegar a la mitad del recorrido. Una voz grave y fuerte me dijo al oído –“Todavía no”- y al pensar que podría llegar la orden de alguien voltee a mirar a los demás solo para notar que ya nadie observaba lo que hacia, la voz venia de mi cabeza.
Una mariposa blanca como la nieve y pequeña como una flor destellaba polvos estelares mientras pasaba frente de mi, el polvo mágico convertido en fertilizante de amores se extinguía rápidamente así como la mariposa se hacia pequeña, se convirtió en polvo. Ese polvo comenzó a brillar aun más fuerte formando una bola y causando un zumbido en mis oídos. La esfera de luz se acerco a mi y penetro por mi pecho lentamente hasta que deje de sentir energía y que mis pies eran pesados. Volé hacia el eterno sufrir de los amantes en que cada noche despiden con aplomo a sus corazones porque el rio reclama lo suyo, la avenida de los sufrientes que ya no reluce con los llantos de los desesperados que por amor son capaces de todo. Volé hacia tus labios eternos que convierten todo beso en desperfecto, todo sufrimiento en cariño y todo problema en cuento. Todo beso tuyo es bien recibido y llegó para quedarse en mis memorias, en mi sentir y mi pesar de que a pesar la situación, el cerebro funde su razón en el corazón. ¡Necio!.

Abrí los ojos para verme gemelo, hermano de carne y sangre de un muchacho que según entendí decía ser nuestro cumpleaños numero dieciocho, temible respuesta. Mientras la casa de cuatro pisos y cuarenta puertas, pisos de madera así como sus barandales, amueblado perfecto y ventilación exacta estrechaban el turbio venir de una tarde atareada, me sentí mas joven y vivo. Nuestro padre había muerto y por esa misma razón madre no estaba seguido en casa, trabajaba para pagar todo lo que teníamos y sentirnos a gusto. Sentí la necesidad de decir que yo solo quería su cariño, no regalos caros porque el cariño es irremplazable.
 Sin nada que desayunar partimos a la cafetería de la esquina, ya la señora nos conocía bien como para saber que yo no comía grasa y tu no gustabas del azúcar en tu licuado -“Muchachos delicados”- decía sonriente sin afán de burla, nos identificaba burdamente porque el tenia un ojo gris y el otro café mientras que yo tenia uno café y el otro gris. Tristemente no terminamos el desayuno porque apenas probamos bocado un coche entro a deshacer la pared posterior con toda su fuerza, pensamos era un accidente pero las personas que descendieron del móvil nos miraban fijamente y con repudio. Corrimos a casa como nunca un atleta podría haberlo logrado.
Ya dentro, cerramos todo asegurándonos que las cerraduras no pudieran ser violadas y las ventanas resistieran tanto como se pudiera. Con un megáfono nos informaron que un especialista iba a entrar, no quería dañarnos y solo quería platicar. No me pareció amigable que dispararan a la chapa y precisamente este hombre nos buscara como desesperado. Cabello corto, guantes de piel, abrigo largo y un cigarrillo en la boca mientras su mano izquierda sostenía un arma. Nosotros en el segundo piso pensamos no nos había notado pero tontos fuimos y desesperados como hienas buscando carne nos vimos alejados de la realidad cuando velozmente subía las escaleras.
Cada puerta era un pasadizo a otro piso, otro cuarto, una estancia nueva que no conocía porque yo también era intruso. Solo tome fotografías mentales de todos los cuartos que vi y los pasillos que necesitaba saber a donde llegaban para seguir huyendo, bien había pensado antes que solo cuando una persona ve en sus manos su propia vida es que se sabe capaz de convertirse en bestia y luchar por sobrevivir. Anteponerse a cualquier situación clara o mística que sucediera después no estaba permitido.
El oficial perdió nuestro rastro en el tercer piso por lo que bajando rápidamente a la estancia principal pensábamos en escapar por la puerta principal. Veía las noticias lo suficiente como para saber que si existía una situación de rehenes se esperaban todo menos que salieran por la entrada,  solo que aquí el único rehén era mi ser dentro de mi, el espiral que se formaba ante el abismo de emociones y calumnias personales sobre lo poco o levemente capaz que era de salir victorioso me hicieron soltar un grito ahogado demostrando fortaleza, me estaba devorando a mi mismo.
Extraño fue notar que antes de la entrada se encontraba un arco, permitía el paso de nosotros y sobrante dejaba unos diez centímetros, aproximadamente estaba alzado a cuarenta centímetros del suelo.- “¿Qué hacia un arco ahí? Esas cosas están diseñadas para poner guías navideñas en épocas decembrinas o dar un aspecto de mayor altura”- Pensé mientras a pecho tierra llegábamos al otro lado. La puerta estaba atorada.
Regresamos al cuarto piso porque el oficial aun no salía del arco y llegando a la tercera puerta me dijo el gemelo que entrara, madre había creado ese cuarto para casos de extremo peligro y emergencia y sin dudarlo entre a encontrarme con un cuarto de lavado, ropa amontonada y muchas montañas de sabanas. –“Brinca”-.
Pasando al otro lado note que era una fachada de un cuarto de lavado, me encontraba en un cuarto alterno en el tercer piso que contenía una única escalera, específicamente 5 escalones hacia abajo, un descanso y continuaba hacia la izquierda hasta llegar al primer piso.
Me llene de terror al escuchar la puerta tras de mi abrirse de golpe y observar una silueta acercándose a mi posición. Sin nada en las manos, tus recuerdos en mi mente y los ojos llenos de lágrimas solo pude brincar hacia abajo, dejarme ir y confiar en que el dolor de la caída no seria más que el dolor que ya habías causado. Que aquel amor negado alguna vez y dejado en pausa tomara su lugar en algún momento. Detrás de mi venia aquella silueta que mientras mas se acercaba podía sentir como consumía parte de mi energía y mi ser. Toque el suelo sin mayor problema, no se rompió nada en mí y ahí fue cuando entendí que el riesgo vale la pena, estamos diseñados para soportar nuestros propios lamentos y lidiar con nuestra cabeza. Las telarañas o solo se llenan de mas polvo o son removidas.
El oficial tenia aprensado a el gemelo y entre la mujer que dejo de ser silueta y un segundo oficial me tenían a mi. De tez blanca, cabello largo y rojo, labios grandes y un traje blanco que mostraba heridas de guerra, escupía palabras que no lograba entender fácilmente, mi mente entro en shock al escuchar –“Son los últimos, no habrá mas jóvenes en el mundo y ahora todo tomara su curso natural”-.
¿Para esto abandone mi cuerpo? Mi misión supongo fue la de ver que pasaría en el ultimo momento de la existencia de la humanidad. Saber como es que llegaría la extinción a todos nosotros y tendría una pauta a seguir el nuevo orden mundial.

El ruido del helicóptero solo hacia hervir mas mi sangre, me quede sin aliento y desilusionado por saber que no seria capaz de hacer todo lo que tenia en mente, las personas que ya no vería, no probar de nuevo tu cuerpo, no sentir el calor de tu corazón.
Sonó el radio pidiendo informe sobre la situación y la mujer contestó: 
-“Estamos listos, de ahora en adelante todo será diferente, haremos de este nuestro mundo”- (…)
-“Nadie sabrá lo que sucedió aquí”-.

No hay comentarios:

Publicar un comentario