martes, 13 de octubre de 2009

Fragmento 3 (infierno)

Azufre inunda mis pulmones, el azufre
no crea el dolor, el dolor soy yo.

Caminar por este pasillo enormemente continuo,
es hacer una pausa en el momento de dar el siguiente
paso y darse cuenta de que mientras mas camine,
mas trabajo me costara levantar el siguiente pie.

De forma repentina el viento ha cesado, los tobillos
se van tensando, el musculo se pone rigido, el calzado
fue sustituido por unos zapatos de bronce, y los pies,
los pies...

El suelo no deja de hacer muecas y señas para que
yo comprenda que soy el proximo, que nadie esta absuelto de
esta pena, que nadie ha dejado de ser pecador.
De un color poco comun, los torsos que van flotando se
dejan ver para que pueda alcanzar a distinguir como es
que el tiempo no ha dejado de mutilar sus cuerpos.

Y estas paredes que no callan, no dejan de susurrar,
no dejan de pronunciar el nombre de lo que los tiene
en tormento y dolor, afligidos, motivados.

El pasillo se va haciendo cada vez mas angosto, pero no
puedo detenerme a pensar en regresar, o en porque seguir avanzando.
Los lamentos se hacen mas sonoros y siento que
mis oidos estan a punto de reventar, veo que hay sangre en mis
manos pero no es de mi pertenencia, tantas veces he recargado
mi pesar en los hombros de alguien mas.

La puerta hecha de vidrio opaco al final del pasillo, deja ver
mi silueta, pero solo eso, ningun rostro ni detalle, solo mi
contorno o lo que queda de el. Y con la poca fuerza que me queda
empezare a abrir esta puerta. Ni el mas terrorifico y perturbador
de mis pensamientos, ni la creacion mas perversa de mi
subconsciente dejaran que se extinga este...
Alma.

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