domingo, 20 de enero de 2013

Espiral

Algunas veces nos vemos enfrascados en
momentos de relativa felicidad sin saber que
no existe tal cosa, necesitamos sufrir para
poder sonreír plenamente y los mas felices son
en esencia los mas dolidos.

No todos saben con certeza el origen de la muerte o
que es lo que sucede después de ella.
Cada que alguien nace, siempre deja una parte de si
en otro cuerpo, nacemos pares y perecemos de tal manera.
Cuando una parte de nosotros ya ha dejado de ser en este
plano la otra busca la manera de llegar al mismo lugar,
algunas tardan mas en morir que otras pero al final esta
ahí.

Después de mucho esperar o de solo tomar unos segundos,
minutos, horas, ¿Qué se yo? (Jamás he tomado en cuenta
el tiempo en que se asfixia al alma), es entonces que
parten hacia la obscuridad infinita a encontrarse con los
jueces de las mentes, aquellos que saben lo que saben porque
no conocen nada y sin embargo son capaces.
Ellos de la misma manera siempre hablan, termina uno y
comienza el otro, son un triángulo perfecto que da la sensación
de poderlo todo, tenerlo todo a pesar de haber perdido mucho.
Al hacer un cuestionario, dan la opción mas maravillosa para
todo amante de la vida: el regreso. -"Si es de tu entender que
las cosas ya no serán iguales, puedes tomar el cuerpo de
otro ser viviente ya sea para experimentar dolor una vez mas
o para compartir e impregnar lo único efímero en todas las
dimensiones; amor"-

Una pareja ha decidido regresar y dar todo de si, la única
condición esta en no preguntar cuanto tiempo va a durar.
Dicha orden es obedecida y después de un resplandor fuerte,
se comienza a mover un ala, la otra con calma siente que
despierta y también se sumerge en el baile.
Ha nacido una mariposa.
La manera en que van a transmitir su mensaje será tratando
de evitar su muerte repentina y apegarse a tanto ser vivo
como pueda.

Se dice que cada que una mariposa se acerca a nosotros y
lentamente se posa en alguna parte de nuestro cuerpo, es
como si volviéramos a tener el beso profundo de un ser
querido, como si el amante que ha partido volviera a nosotros
y nos dijera con la voz del silencio cuanto nos hecha de
menos.
Se dice que una mariposa no vive demasiado, pero su amor se
ha posado en nuestras manos.

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