La gente sigue su curso y jamás voltea, me pregunto si serán ellos o yo el que se queda.
Apenas dieron las 9 de la mañana y te vi dispuesto a salir, arreglado como la costumbre amerita y apresurado como la gente ha aprendido. De la alcoba a la cocina y de regreso al baño durante 15 minutos hasta que por fin el tiempo estimado de llegada comenzaba a correr, ni el mejor corredor podría ser tan exacto en medir su tiempo a lo largo de sus 100 metros cotidianos como entrenamiento mínimo.
En la calle la gente no se notaba muy diferente de lo habitual, rostros cansados y fortuitos, rostros de personas que con animo comenzaban el día para terminar exhaustos con una taza de café en la mano, rostros de personas que disfrutan todavía de engañarse a si mismos con una idea de un progreso que jamás llegara, gente que no sabe que el progreso se crea en la mente, no en trabajo, solo en presente.
Contando todavía el tiempo y midiendo distancias, pareciera que controlas un poco mas las cosas y no esta mal, te hace sentir mas seguro. Seguro llegara.
Saliendo apenas a la calle y en el rumbo correcto para llegar a la cita, el aire se comenzó a sentir diferente, como si un dragón hubiera pasado arriba de la ciudad echando fuego hacia las nubes. Sorpresa la tuya fue encontrar a la mitad de la calle un pilar, no mas de 2 metros y medio de altura y un reloj de buen tamaño solo en una de las 4 caras. Intrigado te acercaste a observar dichosa obra de arte que al parecer marchaba al contrario de cómo funcionan los relojes, solo que este mantenía un paso lento.
Sin saber porque tu corazón se aceleraba mientras más se movía aquella maquinaria y el escalofrío se volvía más fuerte. Parecía ser que eras el único que lo observaba ya que nadie se detenía y todos actuaban normal.
En tu cabeza comenzó a formularse el origen de muchas ideas, resoluciones a conflictos, respuestas a preguntas inconclusas y también imágenes profundas. El problema comenzó siendo haber mirado el reloj, estaba en la marca de el segundo 5 y contando hacia atrás. 4 y quisiste mirar hacia otro lado. 3 y ya no podías moverte. 2 y una lagrima recorrió tu mejilla. 1 y metiste tu mano a tu bolsillo. Cuando el reloj quedo con ambas manecillas en el XII no dudaste un solo segundo y apuntando tú arma a tu cabeza jalaste el gatillo fuerte y con convicción. Como me hubiera gustado saber cual fue tu razón para tomar esa decisión, que encontraste en tu mente que te llevo a tal locura o si es que nosotros ya estamos negados a la realidad y por esa misma razón limitamos el pensamiento. Como me hubiera gustado ser tú.
La gente sigue su curso y jamás voltea, me pregunto si serán ellos o yo el que se queda. ¿Sabré algún día si yo ya me conocía o si aprendí lo suficiente para saber que jamás moriría?